DÍA UNO, POR KARINA KORN

Jun 27, 2018

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El día arrancó temprano y con lluvia. En una sala de la Universidad del Cine estamos reunidos los cinco críticos que quedamos seleccionados para el Talents Press con Quintín, quien será nuestro tutor en lo que dure el programa. Luego de las presentaciones correspondientes llega la primera tarea: ser críticos de nuestras críticas. Uno a uno Quintín nos desafía a enfrentarnos a nuestros textos, a revisarlos a contrapelo y entender cuáles son los supuestos que condicionan nuestra escritura. Cada uno de nosotros tiene un estilo que lo diferencia del otro, pero nos damos cuenta de que compartimos las mismas inquietudes a la hora de escribir sobre cine. En algún punto nuestro oficio inevitablemente nos obliga a preguntamos: ¿Quién soy yo para juzgar una película? ¿Cómo emito un juicio de valor sobre un material que no es propio sin abandonar la modestia? ¿Es correcto hablar de emociones y sensaciones? Las preguntas no son respondidas con fórmulas mágicas, pero quedan abiertas para que sigamos pensando en ellas.

Uno de los momentos en que todos los participantes del Talents compartimos es el 1×1, actividad que consta en que cada uno hable de sí mismo frente a sus compañeros. La mayoría elige mostrar algún video que refleje su trabajo. En mi caso, al no ser realizadora, decidí presentarme únicamente con un fotograma de La mamá y la puta, de Jean Eustache. Elegí esta imagen como excusa para hablar sobre cómo se inició mi interés por el cine, ya que ese fue una de los primeros films que vi en el BAFICI y el que me enfrentó con un tipo de poética que me era desconocido. En ese momento tenía 17 años y ninguna idea de en qué me estaba metiendo; de hecho, me entere de que duraba más de tres horas cuando ya estaba sentada en la sala. Cuando la proyección terminó recuerdo haberme sentido profundamente conmovida y confundida al mismo tiempo. Por primera vez un film me ponía en jaque dándome la sensación de que me estaba hablando en un idioma que no podía decodificar.

En ese entonces no tenía las herramientas para entender lo que acababa de ver, pero La mamá y la puta me despertó ganas de indagar más en el mundo del cine. Casi diez años después de esa proyección soy licenciada en Artes Combinadas y sigo preguntándome cómo analizar y hablar de cine. Creo que un buen crítico no es aquel que en un trabajo arqueológico busca descubrir el significado último de la obra (como yo creía cuando tenía 17 años) sino todo lo contrario. Como menciona Roland Barthes, a la obra de arte hay que cubrirla con más significados, ponerla en dialogo con otras obras, con su contexto y con nuestro contexto.

Cuando termino de contar esta experiencia, reflexiono en voz alta sobre la charla que tuvimos con Quintín a la mañana y finalizo diciendo que juzgar una película no es incorrecto siempre que se haga con fundamentos y explicitando la posición desde la cual escribimos. Algunos participantes no estuvieron de acuerdo con la última parte de mi presentación y nuevamente se debatió sobre el rol del crítico y cuáles son los límites de este. Si bien no tuvimos tiempo de profundizar en estos puntos, fue interesante y enriquecedor escuchar qué es lo que los realizadores tienen para decir sobre mi profesión.

Karina Korn, Argentina

Me encantaría participar del Talents porque consta de un intercambio con personas que tienen trayectoria en el campo de la crítica. Este dialogo que me sería útil para mejorar el contenido y estilo de mis escritos. Además, me entusiasma que la revista del festival publica las reseñas de los participantes. Finalmente, me interesa formar parte del Talents porque siento que además de nutrirme del espacio de intercambio, puedo aportar al mismo la perspectiva que obtuve durante mi formación académica

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