#BAFICI2017: Bitácoras (1), por Lautaro Garcia Candela

La experiencia del Talents Campus se me presenta, por lo menos estos días, extraña. Luego de unas presentaciones bilingües más bien burocráticas, me doy cuenta de que el carácter cosmopolita -por no decir globalizado- será una constante del festival. Si bien somos todos latinoamericanos, es decir, sólo nos separan algunos acentos y la cantidad de líneas de subte en nuestras ciudades, sobrevuela una impronta europea. Quizás sea Florian, el capo alemán del Talents, o la máquina Nespresso que nos acompaña a todos lados. Es muy temprano para decir si puede volverse una forma de colonización y terminemos como si estuviésemos en un pitching, pero es algo que me inquieta.

Esta experiencia cultural puede volverse esquizofrénica por momentos. En una actividad llamada networking se nos asignaba una mesa con otras cuatro personas y a uno de nosotros nos daban la responsabilidad de moderar la charla con un tema a elección. Todo en cinco minutos. Terminado ese tiempo la mitad se iba y la otra mitad se quedaba. Así se pasó una hora muy intensa, discutiendo con integrantes de todas las áreas del campus, de guionistas a actores, pasando por directores de fotografía y críticos (los favoritos para el bullying). Lo acotado del tiempo le imprimía un carácter fugaz y superficial a la charla, aunque no evitó que surgieran momentos intensos. Voy a transcribir algunos highlights. No doy nombres por una cuestión de mala memoria más que por discreción.

-En Colombia echaron al jefe de un fondo de fomento por darle un premio a un documental que tenía guión.

-No nos ponemos de acuerdo con la utilización de no-actores en el cine. Algunos nombran a Roberto Rossellini, otro una película chilena que se llama Naomi Campbel, yo nombro a José Celestino Campusano, pero me doy cuenta de que sus películas pueden ser difíciles de asimilar para un extranjero.   

-En una mesa el tema fue más romántico y se habló de cuál fue el momento más revolucionario en la vida de cada uno. Estudiar, viajar, irse a vivir solo, tener hijos, producir películas. Como no hice nada de eso me llamé a silencio.

-Una brasileña que trabajó en la productora de Carlos Reygadas dice que le han dicho que todas las películas del mundo podrían resumirse en este tagline:  “un personaje tiene que hacer algo antes de que se lo cargue la chingada”, lo que me parece una reescritura de lo que dicen los libros de guión más convencionales. Otro compañero, colombiano, cita el libro de Raúl Ruiz Poética del cine y da por zanjada la discusión: “¿dónde está la esencia del hombre en películas donde todos los personajes tienen objetivos?”. Aplauso,  medalla y beso.

Creo que salí más confundido de lo que entré. Unas horas más tarde, luego de enseñarle la línea A a la rama extranjera del Talent Press, también vivimos una situación un tanto esquizofrénica: una gran cantidad de estudiantes de cine y casi toda la industria audiovisual estaba en una manifestación en la puerta del cine Gaumont, atentos a la posibilidad del desmantelamiento del Plan de Fomento del INCAA, que es la piedra basal de casi todo el cine argentino. Y adentro, la función de apertura del BAFICI. Paseando entre la protesta -bastante grande- llegué a escuchar algunas conversaciones sobre qué películas ir a ver mañana (por hoy) al Village Recoleta. Eso es no confundirse las cosas.

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